Julio Flórez (1867 - 1923)
ABSTRACCIÓN
A veces melancólico me hundo
En mi noche de escombros y miserias,
y caigo en un silencio tan profundo
Que escucho hasta el latir de mis arterias.
Más aún: oigo el paso de la vida
por la sorda caverna de mi cráneo
Como un rumor de arroyo sin salida,
Como un rumor de río subterráneo.
Entonces presa de pavor y yerto
Como un cadáver, mudo y pensativo,
en mi abstracción a descifrar no acierto
Si es que dormido estoy o estoy despierto
Si un muerto soy que sueña que está vivo
O un vivo soy que suena que está muerto.
TODO NOS LLEGA TARDE
(De Manojo de Zarzas)
Todo nos llega tarde, hasta la muerte.
Nunca se satisface ni se alcanza
La dulce posesión de una esperanza
Cuando el deseo acósanos más fuerte.
Todo puede llegar; pero se advierte
Que todo llega tarde: la bonanza,
después de la tragedia; la alabanza,
cuando está ya la aspiración inerte.
La Justicia nos muestra su balanza,
Cuando sus siglos en la Historia vierte
El tiempo mudo que en el orbe avanza;
Y la Gloria, esa ninfa de la suerte,
Sólo en las viejas sepulturas danza.
Todo nos llega tarde: -hasta la muerte
(de Gotas de Ajenjo)
Y bien !qué importan los cielos azules
Que el sol abrillanta,
La aurora que nace, la tarde que muere,
La noche sombría;
La flor que perfuma y el ave que canta...
Si todo es tan viejo, si nada me gusta,
Si todo me hastía!
El oro, el talento, los dulces placeres,
Los sueños de gloria,
Las vírgenes bellas de labios que guardan
Fugaz ambrosía,
!Cómo han de importarme! Si todo es escoria,
Si todo es tan viejo, si nada me gusta,
Si todo me hastía.
Mas !ay!, algo existe que intensas fruiciones
A mi alma procura;
Y ese algo es una hueco muy hondo que forma
Una piedra muy fría,
Do sé que se extinguen placer y amargura,
Do todo se pudre, do todo se acaba,
Do nadie se hastía.
Por eso yo aguardo, con loca impaciencia,
Bajar hasta el fondo
Tan lúgubre y triste de aquel hueco negro
que ha mucho que espío,
Y en él, con las penas horribles que escondo,
Dejar para siempre este pérfido monstruo
Que llaman Hastío.
APOCALÍPTICA
(De Manojo de Zarzas)
Y me senté en carro de la sombra,
Presa del más horrendo paroxismo,
Y comencé a rodar sobre la alfombra,
Formada por el cosmos del abismo.
Y abarqué el infinito en una sola
Mirada, llena de fulgor intenso...
y vi del tiempo la gigante ola
Rodar al precipicio de lo inmenso.
Y vi la eterna procesión de mundos,
a través de mi loco desvarío,
Rodar por dos ignotos y profundos
Senos inescrutables del vacío.
Y llamé a Dios, con penetrante acento,
Con un acento penetrante y hondo,
que atravesó, rasgando el firmamento,
Sin encontrar del firmamento el fondo.
Mas, nadie respondióme. En mi agonía,
-¿En dónde estás? grité de nuevo -¿En dónde...?
Pasó la pesadilla. Hoy todavía
Lo llamo y todo inútil: no responde.
(De Gotas de Ajenjo)
¿Dios premia a los rebeldes?!Qué ironía!
Al furioso Satán, al iracundo,
En pago de su enorme rebeldía,
Le dio el trono del mundo.
(De Gotas de Ajenjo)
Mariposa te llaman, no por hermosa
Sino porque te cubres con ricas galas;
Tú bien sabes que es siempre la mariposa...
Un gusano con alas.
(De Gotas de Ajenjo)
¿Qué por qué vuela en rimas
Rojas, y negras, y blancas
A modo de mariposas
Mis dichas y mis desgracias?
¿Sabes por qué? – porque toda
Emoción dulce o amarga
Que hiere mi corazón,
Se rompe en verso en mi alma.
(De Gotas de Ajenjo)
Mira Dios con microscopio
Todos los astros del cielo,
Y los hombres desde el suelo
Los miran con telescopio.
Ve Dios insignificantes
Átomos en las estrellas,
Y los hombres ven en ellas
Soles y mundos gigantes.
Y hay quien diga, sin rubor,
Que fuimos hechos... -!qué chanza!-
!A imagen y semejanza
Del infinito Creador!
La humanidad: lodo y hiel,
Una colonia es, no más,
De microbios que jamás
Podrán parecerse a Él.
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